Tiempos difíciles

Fue una carraspera el resplandor de tu fe, «sola se irá» dijiste y te fuiste también,

hice todo para cuidarte e incluso eso nada fue, falleciste junto a mi ilusión de volverte a ver.

«Queda mucho por hacer» lo repetías sin cesar. También repito un pensamiento, dime, ¿por qué ya no estás?

¿Cómo se extinguió el calor de tu sonrisa paternal? Si esto es un maldito sueño ayúdenme a despertar.

Me está matando imaginarme esa soledad que te asediaba día y noche en la camilla de hospital,

tratabas de esconderla riendo tras el celular pero se escuchaba al médico: «aquí no se entra más».

Airado pregunté a mi madre ¿¡Por qué se murió papá!? Estalló en lágrimas diciendo: «culpa de una enfermedad»;

¡Pero si estaba bien, dijeron que se iba a curar! «no se pudo hacer nada, hijo, se fue a descansar».

Hoy quiero estar solo como lo estuvo papá, añorar su recuerdo sin pensar en nadie más,

maldigo el destino de mi jodida realidad: encerrado, sin mi viejo y dispuesto a abandonar.

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