Gea

Autor: Leviatán

Quiero enseñarte cuan grandioso es el mundo, hogar de los seres vivos y los vivos relatos. Hay que apresurarse, no perdamos el rumbo, puede que en segundos palidezcan sus encantos.

Bienvenido, espero gustes de una zona tropical, aquí el calor es sagaz y los suelos están de luto; no te desesperes si se complica respirar, eso pasa por rostizar el pulmón del mundo.

El frío se manifiesta de forma glacial: abracemos el tiritar de los polos antárticos; si notas que la algidez se comienza a debilitar es por la tenacidad de los cambios climáticos.

Movámonos al reino de los sabios milenarios, bosques centenarios al tenor de la mañana, recorramos, cautelosos, sus aposentos sacros –solo si quedan rastros de ellos en la montaña–.

A los pies de la cordillera transitan los ríos, son tan cristalinos como una pintura al óleo; pero que no te confunda su apariencia de lirio, han sido invadidos por el malvado petróleo.

Déjame guiarte por la solemnidad del mar virtuosos de admirar la corriente que crece, nuestra única compañía será la tempestad; un océano de soledad carente de peces.

Por fin hemos llegado a la tierra del sol, aquí sobrevive el feroz; es cuna de militantes. El marfil de este lugar es una sensación –y por esa razón, hoy faltan los elefantes–.

Reposemos ahora la vista en el cielo, el silencio del viento actuará de testigo; una alada sociedad se levantaba en el céfiro: trémulo recuerdo de un pasado extinto.

Seamos cuidadosos al ver los volcanes, esas fogosidades repartidas por el mundo; hoy se han convertido en fumadores rapaces, criaturas audaces que vociferan humo.

Un nuevo bioma crece sobre la pradera, resistente a la hierba y al funcionar orgánico; aquel es el reemplazo de las primaveras: la inexpresiva era del avanzar mecánico.

Una nueva especie está ejerciendo dominio, su arbitrario juicio ha invadido el páramo, también se apoderó de océanos y abismos: un animal nunca visto llamado plástico.

Y para terminar con este recorrido endémico hablemos del veneno que acaba con los espacios, nuestro planeta sufre un terrible mal anémico, inmune a los médicos… llamado Humano.

Gea